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ONELIFE #38 – Spanish

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Land Rover’s Onelife magazine showcases stories from around the world that celebrate inner strength and the drive to go Above and Beyond. New perspectives meet old traditions - these contrasts unite in the latest issue of ONELIFE. Together with Landrover we travelled around the globe. From the high-tech city of Shenzhen in China to the carnival subculture in Brazil to Wuppertal. We got to know one of the oldest space travelers, technology visionaries and watch lovers, just as the new Range Rover Evoque. An exciting journey through the world of yesterday, today and tomorrow.

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DISEÑO Izquierda: una sucesión de piscinas refleja el bosque que rodea la Casa Kemper y refuerza su relación con el entorno. en la zona. Una vez elegido el terreno, de 40.000 m 2 , en 1965 empezó el proceso de construcción, que se alargó hasta agosto de 1968. La casa, de 380 m 2 , tenía seis habitaciones, paredes exteriores totalmente acristaladas y varias chimeneas de gran tamaño, además de elementos singulares como una habitación para el servicio y un «salón para caballeros», que es hoy el despacho del actual propietario, Manfred Hering. Después de comprar la casa en 2016, Hering se propuso remodelarla para dejarla igual que el primer día. «Cuando la compré, parecía más bien un hotel con encanto», cuenta este experto en restauración de coches clásicos y adepto confeso del diseño moderno de mediados de siglo. «Todo era gris y beis. Los antiguos propietarios habían pintado muchas de las superficies de madera. Analizamos todos los materiales, compramos libros, hablamos con los antiguos propietarios... Lo que hiciera falta para recuperar el estilo auténtico de la casa. De hecho, hoy ni siquiera parece restaurada, sino original». La Casa Kemper está perfectamente integrada en su entorno natural, en una colina boscosa. La sala de estar (un anexo de cristal a la estructura central de dos plantas) está delimitada por los ventanales originales de suelo a techo, que filtran la luz que penetra en un salón sorprendentemente acogedor, mientras que el tratamiento del techo garantiza la continuidad entre el interior y el exterior de la vivienda, siguiendo el perfil acristalado. El agua de las piscinas de las azoteas y detrás de la terraza refleja los árboles y bosques circundantes, lo que refuerza la relación de la casa con su entorno, el «contacto con la naturaleza». En el interior, el mobiliario y los elementos originales, como la silla Egg de Arne Jacobsen, el sofá Knoll y las lámparas Shell de Panton, nos retrotraen a mediados de los años setenta, la época favorita de Hering, tanto por el interiorismo como por los deportivos alemanes refrigerados por aire. La Casa Kemper es un hogar de verdad, no un vistoso monumento al movimiento moderno. Es exactamente lo que Neutra proyectó en su día, fiel a su apuesta por diseñar viviendas pensando en las personas y no en los críticos de arquitectura: un lugar acogedor y confortable en el que es casi imposible no sentirse como en casa. Aparcado frente a la terraza, el Range Rover Velar también se encuentra como en casa. Aunque entre un diseño y otro van varias décadas, tanto la Casa Kemper como el Velar comparten un mismo planteamiento minimalista, una elegante simplicidad. Al igual que la casa, en el diseño del Velar no hay nada superfluo, nada que no tenga un sentido. Sentado en el diáfano y estilizado interior de este Range Rover de vanguardia, uno se siente como de visita al futuro. Seguramente igual que se sintieron los Kemper la primera vez que entraron en su nueva casa, en verano de 1968. El espacio, la luz, las líneas simples de la arquitectura... todo eso era nuevo en su época. Y vuelve a serlo ahora. «Todavía quedan cosas por hacer, pero ya puede apreciarse que la casa vuelve a desprender su espíritu original», comenta Manfred. «Esta es la casa de mi vida —añade con una sonrisa—. Tengo clarísimo que voy a morir aquí». Contemplando este exótico pedacito de California trasplantado a las verdes colinas del oeste de Alemania, es fácil comprender por qué. 39