Aufrufe
vor 7 Jahren

ONELIFE #33 – Spanish

  • Text
  • Discovery
  • Ainslie
  • Inmotion
  • Jaguar
  • Rover
  • Rover
  • Nuevo
  • Siempre
  • Copa
  • Equipo
  • Embargo
  • Coche
  • Copenhague
  • Nueva
  • Serie
Land Rover steht für höchste Allradkompetenz, umfassenden Komfort und anspruchsvolle Technik. Diesem Geländewagen ist kein Weg zu weit und keine Aufgabe zu schwer – getreu dem Slogan „Above and Beyond“. ONELIFE vermittelt Land Rover-Kunden genau dieses Gefühl von Abenteuer und Freiheit.

A DRIVE WITH… BENJAMIN

A DRIVE WITH… BENJAMIN RIOS, MOTOCROSS, 7 AÑOS De izquierda a derecha y de arriba abajo: Benjamin Rios es un ejemplo de los frutos del talento natural y el trabajo. Su padre es campeón de motocross, pero su carácter intrépido es algo innato. Siendo hijo de un campeón del mundo de motocross, no es extraño que por las venas de Benjamin corra gasolina. Con 7 años, ya participa en competiciones y es capaz de rendir a un nivel muy por encima de lo que sería habitual para su edad. “Benjamin lo lleva en la sangre”, asegura Claudia Rios, su madre. “Lo de la moto viene de su entorno, ya que su padre fue campeón de motocross, pero siempre ha sido un temerario. Antes incluso de subirse a una moto, ya hacía cosas que otros niños de su edad no se atrevían ni a probar. No tiene miedo a nada, como su padre, su hermano y su abuelo”. Claudia asegura que Benjamin no es consciente de su talento y que para este pequeño insensato la búsqueda de nuevos retos es algo tan natural como respirar. “La predisposición genética está ahí. Por su ADN, su cerebro funciona de otra forma: tiene una gran noción espacial y aunque conoce sus límites y puede sentir miedo, le estimula enormemente superar retos. Y tiene que ser genético, porque nunca le hemos preparado mentalmente en este sentido”. “No podemos ponerle límites, ni nosotros ni nadie. Solo queremos que desarrolle su talento, sobre la moto o de otra forma. Para él, la moto es como una escuela de vida, pero cuando deje de divertirle, no le insistiremos. De momento, está disfrutando cada instante al máximo”. 56

parte porque los auténticos niños prodigio son más escasos de lo que parece. Joanne Ruthsatz, psicóloga de la Universidad Estatal de Ohio especializada en la materia, asegura que la probabilidad es de “uno entre cinco o diez millones”. ¿TALENTO O TRABAJO? David H. Feldman, psicólogo de la Tufts University de Boston, ha estudiado a niños prodigio de tres a nueve años con habilidades extraordinarias en escritura, matemáticas y música. Y sus conclusiones son claras: el trabajo y la formación tienen un papel decisivo, porque “hacen falta grandes dosis de trabajo, práctica y estudio para desarrollar el talento. Los pequeños prodigios necesitan mucha ayuda de los padres y profesores”. Esto nos conduce a la importancia de unos padres implicados, que ayuden a su hijo a encontrar el camino para alcanzar el nivel de competencia de un adulto antes de los 10 años de edad. Otro gran defensor de la tesis del trabajo es el doctor K. Anders Ericsson, de la State University de Florida. Este psicólogo fue uno de los primeros en plantear la norma de las “10.000 horas”, según la cual para desarrollar una habilidad hasta la perfección hacen falta 10.000 horas de práctica. Según Ericsson, “el entorno en el que ha crecido un niño siempre explica su talento”. Solo algunos rasgos muy concretos, como la altura, vienen dictados por la genética. Y, aun así, “las diferencias entre los auténticos prodigios y los adultos con unas habilidades normales son fruto de un esfuerzo consciente y de largo recorrido para mejorar las habilidades en una disciplina concreta”, asegura. En otras palabras: sin práctica, la predisposición genética no sirve de nada. LA RESPUESTA ESTÁ EN LOS GENES Otros, como David Epstein, periodista y autor de The Sports Gene: Inside the Science of Extraordinary Sports Performance, no están de acuerdo. “Los prodigios existen”, afirma. “Mozart era un prodigio. Aunque la práctica es importante, no puede explicarlo todo”. Y cita el ejemplo de Bobby Fischer, que se convirtió en un gran maestro del ajedrez con “solo” 3.000 horas de práctica. Este no es el único ejemplo. En su libro, Epstein recuerda la historia de Eero Mäntyranta, un esquiador finés afectado por una rara patología que provocaba una producción excesiva de glóbulos rojos y que le confería una ventaja genética. “En las Olimpiadas de 1964, sacó 40 segundos al segundo clasificado en la prueba de 15 kilómetros”, explica Epstein, un margen “nunca visto ni antes ni después”. Otro atleta, el saltador de altura Donald Thomas, solo había entrenado ocho meses antes de presentarse a los Mundiales de 2007, pero consiguió batir al sueco Stefan Holm, que llevaba entrenando desde pequeño y acumulaba más de 20.000 horas de práctica. Thomas tenía unas piernas larguísimas y un tendón de Aquiles privilegiado, que le permitía catapultarse como un canguro (un animal conocido por sus largos tendones). La predisposición genética explica también por qué los corredores keniatas, especialmente los de la tribu de los kalenjin, son los grandes dominadores del fondo mundial, según Epstein. Los kalenjin tienen las pantorrillas y los tobillos más estrechos, que les dan una importante ventaja en algunas actividades físicas. Podría decirse sin duda que han nacido para correr. Sin embargo, el ADN no solo condiciona nuestra capacidad física. Un grupo de investigadores de la Washington University School of Medicine de Saint Louis ha vinculado el gen CHRM2 con el coeficiente de inteligencia, lo que demostraría que, en lo que a habilidad mental se refiere, los “ LA HISTORIA genes son más decisivos que el ESTÁ LLENA entorno en el que crecemos. DE EJEMPLOS A MEDIO CAMINO Sin embargo, un kalenjin tiene D E T A L E N T O S que empezar a correr para poder INEXPLICABLES” sacar a relucir todo su talento: si nace en un entorno que no estimule la práctica de esta actividad, seguramente nunca llegará a desarrollar su potencial. Y ahí es donde entra en juego la interrelación entre el talento y el trabajo. Aunque parece claro que Mozart y Beethoven nacieron con algún tipo de don musical, no podemos pasar por alto que sus padres les empujaron a trabajar hasta límites insospechados. Por eso, para responder a la pregunta de si es más importante el talento innato o el trabajo, la respuesta es casi siempre la misma: las dos cosas. VERLO EN VÍDEO Para ver a Jett, Benjamin y Terje en acción, visite el canal de YouTube o la página de Facebook de Land Rover. 57