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N A V I G A T O R 05
N A V I G A T O R 05 AVENTURA P I O N E R O S A REMO Una historia sobre resistencia, condiciones extremas y kayakistas místicos, narrada por el aventurero y explorador Olly Hicks. La primera vez que oí hablar del misterio de los fineses fue cuando mi amigo y compañero de aventuras Patrick Winterton me recomendó el libro Searching for the Finmen, de Norman Rogers. En este libro, el autor investiga la increíble historia de los kayakistas inuit, o fineses, que llegaron a algunas de las islas escocesas más remotas ya a principios del siglo XVIII. Hasta la fecha nadie sabe a ciencia cierta de dónde procedían aquellos curiosos visitantes armados con sus remos, pero algunos objetos conservados en museos escoceses (como armas de caza y los restos de un antiguo kayak forrado con piel) apuntan a la posibilidad de que remeros inuit llegaran por mar desde Groenlandia, a más de 1.800 km de distancia. Decidí tratar de descubrir si esa ruta era realmente posible, emprendiendo el mismo viaje desde las costas orientales de Groenlandia hasta la costa norte de Escocia, a bordo de un ligerísimo kayak de mar abierto Inuk Duo de 6,8 m y al lado de mi compañero George Bullard. Sería un viaje que nadie había realizado nunca en la época moderna, pero no podía dejar pasar la oportunidad de arrojar algo de luz a este desconocido misterio y demostrar al mundo, y a mí mismo, que era posible. Cuando empezamos a planificar el viaje quedó claro enseguida que estábamos ante una empresa hercúlea. Las aguas del Ártico no son precisamente mansas y a lo largo de nuestra ruta cubriríamos más de 1.800 km, en muchos tramos avanzando solos a mar abierto, sin comunicaciones y con pocas provisiones. Tendríamos que remar de noche y descansar únicamente cinco minutos por hora. El kayak Inuk se convertiría en nuestro hogar. Y nos veríamos obligados a cruzar la zona conocida como la “Pista de Baile del Diablo”, un temido tramo de 450 km entre Islandia y las Islas Feroe famoso por sus condiciones imprevisibles y extremas. Comencé a remar a los siete años y en el mar siempre me he sentido como en casa, incluso en las peores condiciones. Pero ese reto iba más allá de todo lo que había vivido hasta entonces. Arriba y, derecha: George Bullard y Olly Hicks. Hace falta valor para convertirse en un inuit del siglo XXI. FOTOGRAFÍA: EMMA HALL 16
