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Jaguar Magazine PERFORMANCE – Spanish

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Nicht jeder darf das Jaguar Land Rover Testgelände in Gaydon besuchen. Wir schon: Für den exklusiven Fotoshoot des Jaguar XE versammelte sich unser Produktions-Team auf der geheimen Rennstrecke. Steffen Jahn fotografierte das brandneue Jaguar Fahrzeug. Das Set-up war aufgrund des für England typischen Wetters in den Control Towers der ehemaligen Flugbahn untergebracht. Kurze Regenpausen wurden dazu genutzt, mit eigens angemieteten Drohnen zu fotografieren. Das Ergebnis ist eine ästhetisch hochwertig und stimmungsvolle Strecke in der Ausgabe 01-2015 des J-Magazines.

PERSONAS Sobre el

PERSONAS Sobre el escenario, Izzard comienza el show entreteniendo al público con alguna anécdota absurda, después se desvía irremediablemente de la historia y se pierde en sus propias digresiones antes de volver finalmente al punto de partida. En Force Majeure, él habla sobre el singular deporte del adiestramiento (comportamiento que él considera inherente a los mamíferos), explica cómo los topos buscan el oro y demuestra que Jesús usó un iPad para dejar que Dios se acercara y evitara la ejecución del antiguo rey Carlos I de Inglaterra. Izzard también cautiva al público con los gestos que hace con sus chistes; por ejemplo, al imitar la mirada de un león viejo que se queda rezagado durante una cacería por un tirón en un músculo. Izzard no se detiene ante nada, sea en inglés o en alemán. Además, pretende enseñar su último trabajo también al menos en otros seis idiomas. Hablando antes de que comenzara su espectáculo en el Club Imperial de Berlín, Izzard dijo que quería ver “humor sin fronteras, no fronteras sin humor”. Para él, el humor es el humor sin necesidad de distinguir entre chistes británicos y franceses, de modo que para Izzard la forma más directa de demostrar su teoría es realizando shows en distintos idiomas. Él comenzó a actuar en francés, luego en alemán, y en ambos casos se escucharon carcajadas del público; además, en los mismos puntos en los que se había reído el público inglés. También está en sus planes llevar a cabo las versiones en español, ruso y árabe, afirma Izzard, después de respirar hondo, y “quizá también me anime con el chino. En definitiva, este idioma lo hablan varios millones de niños en China, ¿qué problema puede haber?”. El actor de 52 años lleva aproximadamente un año en la carretera con Force Majeure. “Puede que no sea la más grande, pero sin duda es la gira de comedia más larga de la historia”, apunta el humorista, añadiendo que tiene una lista de 25 países en total por visitar. Esta no es la primera vez que Izzard se embarca en un proyecto tan ambicioso que hasta sus fans más incondicionales dudan de si podrá sacarlo adelante. En 2009, Izzard ideó un plan para correr 43 maratones en 51 días en pro de la organización benéfica Sport Relief. A la edad de 47 años y sin haber realizado entrenamiento previo, se dio seis semanas para ponerse en forma con ayuda de un equipo médico y dejó que lo acompañara un equipo de grabación de la BBC, por si no tenía ya suficiente presión. “Antes de que puedas hacer algo, tienes que creer que puedes hacerlo”, declara mientras explica los preparativos de esta descabellada empresa. Esta podría ser exactamente la clase de cosas bienintencionadas, pero sin sustancia al fin y al cabo, que dice alguien que ha conseguido todo lo que se ha propuesto en la vida para justificar sus actos, pero el punto de vista de Izzard parece ser otro muy distinto. Él elige minuciosamente Soy como una apisonadora. Si me siento en un sitio, no hay nada que pueda moverme. Nada. Pero una vez que empiezo algo, no hay quien me pare cada palabra que pronuncia y se aplica sus propios consejos. Da la impresión de que es una persona que tiene pleno control sobre sus propias locuras. Al preguntarle por qué siempre se lanza de cabeza al vacío con proyectos que parecen tan absurdos como sus sketches humorísticos, el comediante manifiesta que, en realidad, planifica todos y cada uno de sus pasos. “Las acciones improvisadas no son lo mío, yo lo planifico todo hasta el último detalle. Dicho esto, siempre trato de buscar el camino más enrevesado para llegar a la meta. Me veo a mí mismo como Clint Eastwood en Licencia para matar, intentando llegar constantemente a la cumbre”. Y todo esto, ¿por qué? Porque sabe que cualquiera que tenga los pies sobre la tierra no fallará en el intento. Izzard está convencido de que puede permitirse el lujo de llevar a cabo muchas de sus ideas porque sabe que, después de sus numerosas apariciones sobre el escenario, ha entablado una relación tan fuerte con sus seguidores que estos le apoyarán en cualquier proyecto en el que se embarque. Uno de estos proyectos surgió a comienzos de los 90, cuando a Izzard se le presentó la oportunidad de actuar frente a una gran audiencia. Él llevaba trabajando como artista callejero durante más de diez años y se las ingenió para forjarse un nombre actuando por bares pequeños, pero en aquella época no había nada que le indicara que podría lograr el verdadero éxito. Sin embargo, aprovechó su primera aparición importante en West End de Londres para salir del armario públicamente como travestido, o “travesti de acción” como él lo llama. “Estaba casi seguro de que aquello marcaría el final de mi carrera”, declara. “Pero este lado femenino es parte de lo que soy, así que me armé de valor y salí al escenario con un vestido”. 54 j EDICIÓN PERFORMANCE

Para obtener más información sobre Eddie y su gira Force Majeure, visite su página web eddieizzard.com Izzard descubrió su inclinación por vestirse de mujer cuando era un niño. A los cuatro años, ya se ponía vestidos en secreto. Pero hasta los veinte y pico años no se atrevió a salir a la calle con tacones altos, pechos falsos y maquillaje. Cuando se le pregunta ahora de dónde saca el valor para actuar en idiomas extranjeros o correr por toda Inglaterra y Escocia a sus 40 y muchos años, su respuesta es simple: “Después de aparecer en el metro de Nueva York con tacones altos, ya no le tienes miedo a nada”. En esa época, ya había superado su mayor miedo: cómo reaccionaría su padre cuando le dijera que su hijo era un “lesbiano”. Al volver a casa juntos una tarde después de un partido, Izzard por fin hizo de tripas corazón y le dijo: “Papá, soy travesti”. Su padre hizo un gesto de indiferencia y dijo: “¿Y qué?”. “¿Y qué?” es también la respuesta que Izzard recibe de su público cuando se pasea actualmente por el escenario con uñas largas pintadas y zapatos de tacón alto. La primera vez que apareció en el escenario de West End se produjo cierto revuelo, pero las críticas no iban tan dirigidas al hecho de que llevara un vestido sino más bien al hecho de que había elegido uno feísimo. Durante estos últimos años, Izzard se ha puesto públicamente un vestido en pocas ocasiones. Lo que pretende es hacer que la gente vea que da igual cómo se vista. En cualquier caso, la ropa extravagante no le parece la mejor idea para su último plan: presentarse como candidato a Alcalde de Londres en las elecciones de 2020. Es otro ejemplo de una idea “típica” de Izzard que, en cuanto salta un obstáculo, enseguida coloca delante otro más grande. Como miembro del partido laborista, Izzard resume su postura con un vistazo rápido a sus uñas, que están pintadas de rojo, salvo por una bandera británica y otra europea: “Esto sirve para hacer tres declaraciones en una: estoy tan orgulloso de mi país y de mi continente como de ser travesti”. Con sus planes de presentarse candidato a las elecciones municipales como proyecto a largo plazo, Izzard actualmente confía en que la presión del tiempo le permita acelerar su aprendizaje de idiomas. Un buen ejemplo de esto es que, cuando estuvo preparando la versión en alemán de su espectáculo, solamente se dio dos semanas antes de salir al escenario por primera vez. Lo que nos lleva a preguntarnos: ¿por qué se somete a una presión de tal magnitud? Él no vacila en su respuesta: “Porque soy un vago”. ¿No está tirando piedras sobre su propio tejado? “En absoluto”, responde. “En términos de disciplina, soy como una apisonadora. Si me siento en un sitio, no hay nada que pueda moverme. Nada. Pero una vez que empiezo algo, no hay quien me pare”. EDICIÓN PERFORMANCE j 55