Aufrufe
vor 4 Jahren

Jaguar Magazine 02/2018 – Spanish

  • Text
  • Jaguar
  • Motor
  • Coche
  • Mundo
  • Velocidad
  • Nuevo
  • Mejor
  • Embargo
  • Siempre
  • Forma

«AL ABRIGO DEL SERENO

«AL ABRIGO DEL SERENO INTERIOR DE MI JAGUAR ME SIENTO PROTEGIDO DE LA LOCURA DE LA HORA PUNTA».

PRUEBA EN CARRETERA JAGUAR XE 300 SPORT El XE 300 Sport en rojo Caldera se enfrenta a las carreteras montañosas de Palermo. El periodista Henry Catchpole está en la gloria cuando desata toda la furia de sus 300 CV. Al principio no le prestas mucha atención. A fin de cuentas, son cosas que pasan de vez en cuando. Pero después de quince minutos de un asfalto intratable surcado de grietas, socavones y badenes de irrupción espontánea incluso el menos perspicaz de los mortales, como un servidor, empieza a sospechar que estas imperfecciones de la carretera tal vez forman parte de la esencia siciliana. En algunos puntos, el asfalto parece una especie de mar enfurecido, con el perfil de un violento oleaje petrificado por Medusa. En cambio, y por desconcertante que parezca, lo que ven los ojos y lo que siente mi cuerpo no van en la misma dirección. En un tramo en el que el terreno se hunde, por ejemplo, si no reduzco la velocidad ni aparto el pie del acelerador el instinto me dice que lo mejor sería algún movimiento de anticipación, para prepararme un poco para el impacto. Sin embargo, sobrevuelo el cráter con mi Jaguar XE 300 SPORT y apenas noto nada. Una maravilla. Ni sacudidas en el volante ni desagradables compresiones cervicales: apenas un suave pum-pum cuando las ruedas suben y bajan y la suspensión absorbe el impacto. La secuencia se repite una y otra vez. Tantas, de hecho, que David Guetta podría capturar el sonido y convertirlo en todo un hit ibicenco en un abrir y cerrar de ojos. Ahora mismo me encuentro en algún punto entre la capital siciliana, Palermo, y Catania, en la costa este de la isla italiana. Esta mañana, al emprender mi aventura, he tenido la osadía de zambullirme en la locura de la hora punta de la Italia meridional. Parapetado detrás del tablero digital y el volante con pespuntes amarillos y al abrigo del sereno interior de mi Jaguar me he sentido protegido, casi como un espectador de una película ultrarrealista, con coches cambiando de carril y pasando a milímetros de otros. No es extraño que casi todos los coches de estos lares luzcan en su carrocería alguna que otra cicatriz de guerra. Las palancas de los intermitentes, en cambio, seguro que están como nuevas. Feliz tras sacar el XE 300 SPORT del apuro a salvo de rasguños y con todos sus retrovisores, me alejo de la ciudad y cambio el bosque de edificios por colinas sembradas de robles, abetos y olivos. Aquí, no hay ni rastro de la densidad del tráfico de Palermo, una excelente noticia para disfrutar THE JAGUAR 23